lunes, 4 de agosto de 2008

Las subprime españolas o economía práctica I

Volvemos a casa después de disfrutar de unas vacaciones de quince días y ¿qué nos encontramos? Unos dicen que una crisis, otros que un desaceleramiento económico. Puaj. ¿Qué más da? A mí lo que más me molesta es que sigue haciendo mucho calor y ya no dispongo de mi pueblín para dormir fresquito y a gusto.

Inaugurado el nuevo período de sesiones en mi bareto favorito, me entero que la máxima preocupación del Doroteo es que después de las fiestas de septiembre subirá -como siempre- el vino en los bares de esta población. Y como yo le digo: Si eso es todo lo que te preocupa seguramente serás feliz.

Y me suelta el jodío que sí, que es feliz, porque su economía no va mal y la del país en general tampoco, por mucho que nos empeñemos los cuatro irredentos anti PSOE que todavía quedamos, que no sabe como me "ajunta" siendo como soy. Ante eso sólo me queda invitarle a otra caña y preguntarle (ahora ya con un poco de cachondeo) si de verdad piensa que esto va bien. Como el Doro me conoce, me pilla la intención a la primera y me suelta la andanada directamente: "Tu lo que querrías es que esto fuese como en América, todos en plan capitalista sin pensar en nadie más que en ellos mismos, y luego todos a joderse y a pagar las cosas esas tan raras que hacen, como lo de las hipotecas susprime, que bien las han usado para joder al personal más pobre".

Ni que decir tiene que mi intento por explicarle lo que son las subprime en Estados Unidos y el equivalente de las mismas en España no obtiene ningún avance. Más bien opto por pedir otra caña (esta vez la paga él) y hablar de lo que nos gusta, de tías. No obstante, para compensarme del fracaso, aquí va la perorata.

Las subprime estadounidenses.

Simplificando, se trata de hipotecas concedidas en condiciones de alto riesgo para las entidades emisoras, ya sea por la poca capacidad esconómica de los receptores del crédito o por la excesiva valoración que se hizo del bien hipotecado en el momento de su concesión. Estas hipotecas se "empaquetaban" y se vendían conjuntamente en forma de títulos a terceros. ¿Con ello que ocurre? Pues sencillamente que quien comprase alguno de estos títulos, garantizados por esas hipotecas, quedaba expuesto. Es decir: que las entidades emisoras de dichas hipotecas subprime se las apañaban para repartir el riesgo entre una generalidad que, aparentemente, no tenía nada que temer.

En España.

Así que no hay subprime en España ¿eh?. Veamos.

La inmensa mayoría de las hipotecas concedidas en nuestro país en los últimos años fueron por el 100 por 100 del valor del inmueble. Esto, como se está viendo en estos momentos, ha constituido un error de valoración, puesto que ese supuesto valor estaba sobredimensionado. ¿Qué se hizo de la prudente norma de las entidades financieras de otorgar como máximo un 80 por ciento del valor del inmueble? Pues que en aras de conseguir clientela y aguar la fiesta a la competencia, se lanzaron a la táctica del 100 por 100, provocando así la generalización al acceso del dinero que se pedía por las viviendas y dando lugar al aumento de coste (irreal por especulativo) de las mismas, al mismo tiempo que se ampliaba la cantidad que el solicitando debía a la entidad, con lo que se aseguraban más beneficios.

En línea con lo anterior recuerdo que hace años, a la hora de solicitar una hipoteca, te pedían un cerro de garantías, incluyendo, por supuesto, el disponer de una nómina saneada y en condiciones de cumplir mes a mes con los recibos. Estos últimos años dicha práctica ha brillado por su ausencia. ¿No os lo creeis? Acudid ahora a cualquier entidad a solicitar un crédito y comprobad la diferencia con lo que sucedía hace escasamente tres meses. Ahora es cuando se está volviendo a las prácticas conservadoras a la hora de conceder créditos. Es decir: que estos últimos años se otorgaba un crédito a cualquiera.

Pero cómo... ¿es que el Banco de España no velaba para evitar las prácticas arriesgadas de las entidades financieras? Claro que sí, hombre. Pero velaba a su manera. Usease, les prohibía a Bancos y Cajas de ahorro la captación de dinero por medio de créditos a personas cuya situación financiera personal no cumpliera ciertos requisitos (muy bajos, todo hay que decirlo), pero al mismo tiempo permitía la existencia de lo que se da en llamar Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), ya sean independientes (seguro que todos habréis visto en la televisión esos anuncios de "obtenga crédito al instante", "refinanciación de deudas", etc.) o dependientes de los mismos Bancos y Cajas de Ahorro. Estos EFC conceden (concedían) crédito a todo dios y, por supuesto... también hipotecas. Pero ¿cómo obtenían estos EFC el dinero necesario para dar esos créditos? Pues como va a ser, pidiéndoselo a las entidades financieras, por supuesto, quienes a su vez los empaquetan en títulos que venden a sus clientes en las famosas ofertas de inversión.

Así, ya tenemos todo lo que identifica a las hipotecas subprime: concesión de los créditos con una garantía que no cubre el principal y mucho menos el principal más los intereses, concesión de los créditos a personas cuya situación financiera permite suponer razonablemente que no podrán hacer frente a los pagos aplazados y, por último, extensión del riesgo hacia el resto de la sociedad.

¿A que mola?

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