En una pequeña visita virtual podemos ver la Iglesia de San Esteban Protomártir. Un edificio grande y muy bien conservado realizado a lo largo de los siglos XVII y XVIII.
Siguiendo por la calle Olías en dirección a la Plaza de la Constitución, nos encontramos con la Casa Consistorial, inaugurada hace muy poco tiempo en sustitución del antiguo Ayuntamiento.
A lo largo de la calle Real podemos obsevar las edificaciones típicas de la zona, encontrándonos con la Taberna Real, un lugar de los que ya no quedan, precioso y con unos acabados inmejorables, realizados todos ellos por su dueño, Manolo. Aquí no sólo podemos tomar algún vinillo de la zona (y otros), sino degustar unas raciones caseras para chuparse los dedos y calentar el cuerpo, ya que todas ellas están realizadas por su mujer y constituyen una buena muestra de la gastronomía de la zona. Destacan las migas, los callos bargueños y cosas de esas que no engordan nada.
Desgraciadamente, las fotos del interior, debido a la poca calidad de la cámara utilizada (las cámaras digitales, salvo las que son indecentemente caras, no van bien en interiores no iluminados) no han podido ser publicadas, salvo la de la pared donde vigilan el ciervo y el jabalí, así que nos tendremos que contentar, por el momento, con la fachada, pero creedme que merece la pena visitar el lugar porque es una maravilla.
Otros lugares donde poder repostar con el mesón Di Bacus y sobre todo el Bar Restaurante Vandolid, en la calle Vicente Morales nro. 5, donde simplemente comiendo de menú quedaremos bien satisfechos. Pero si alguien quiere probar alguna de las múltiples raciones que allí tienen, recomiendo encarecidamente el "venao" a la plancha.
Normalmente en el casco del pueblo las construcciones son las típicas de ladrillo visto realizado con los materiales de la zona. Incluso las nuevas edificaciones se han desarrollado manteniendo este concepto, a fin de preservar la estética habitual, donde destacan los miradores de madera. Como muestra la última de las fotos.
