lunes, 23 de marzo de 2009

Otoño para siempre

El sol veraniego se desvanece mientras el año se acaba.
Y se acercan días más oscuros.
Los vientos invernales recrudecerán.
Ahora que no estás aquí.

Veo a los pájaros volar al sur sobre el cielo otoñal.
Y uno por uno desaparecen.
Desearía poder volar con ellos.
Ahora que no estás aquí.

Como el sol se desliza por los árboles vienes a amarme.
Como una hoja sobre una brisa que soplaste de lejos.

A través del vestido dorado de otoño solíamos disfrutar a nuestra manera.
Siempre amaste esta época del año.
Esas hojas caídas descansan sin molestar ahora.
Porque no estás aquí.
Porque no estás aquí.
Porque no estás aquí.

Como el sol se desliza por los árboles vienes a amarme.
Como una hoja sobre una brisa que soplaste de lejos.

Una lluvia ligera cae suavemente sobre mis ojos cansados.
Como si pudiera ocultar a una lágrima solitaria.
Mi vida será un otoño eterno.
Porque no estás aquí.
Porque no estás aquí.
Porque no estás aquí.

Como el sol se desliza por los árboles vienes a amarme.
Como una hoja sobre una brisa que soplaste de lejos.

A través del vestido dorado de otoño solíamos disfrutar a nuestra manera.
Siempre amaste esta época del año.
Esas hojas caídas descansan sin molestar ahora.
Porque no estás aquí.
Porque no estás aquí.
Porque no estás aquí.

En 1978 Jeff Wayne sacó a la luz un musical. Pero no era un musical cualquiera, sino un diálogo musicado basado en la obra de Herbert George Wells, La Guerra de los Mundos. Los dos vinilos en los que se contenía esta maravilla rompieron las listas de ventas, lo que no es de extrañar, ya que en aquella época el rock sinfónico y los álbumes conceptuales estaban en su punto álgido. Además, Wayne se rodeó de unos colaboradores de primerísima fila: Phil Lynott (bajista y compositor de Thin Lizzy), Justin Hayward (vocalista de The Moody Blues que pone la voz al tema que se traduce más arriba), Julie Covington, etc.

La edición inglesa original contaba con la narración de Richard Burton, la germana con la de Curd Jürgens y la española... con un genio llamado Teófilo Martínez. Hubo otra edición hispana con la voz de Anthony Quinn, pero ni de lejos se aproximaba a la anterior.

Durante mucho tiempo, una vez muertas las cintas en las que un amigo tuvo a bien copiarme los dos vinilos, estuve buscando la edición en CD de esta obra. No hubo manera. Bueno, sí. Se reeditó en CD la versión inglesa y pude adquirirla allá por 2002. Pero la española hubo de esperar algún año más, hasta que en 2006 tuvieron a bien reeditarla. A modo de curiosidad: coincidiendo con el estreno en las pantallas de cine de la superproducción del mismo título, protagonizada por Tom Cruise, llegué a ver en una biblioteca el doble CD de Wayne en el apartado de "bandas sonoras", lo que demuestra el gran nivel de la encargada de la catalogación.


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