miércoles, 20 de agosto de 2008

Los sonidos del silencio

Este tema, contrariamente a lo que la gente piensa, no es precisamente muy romántico. No obstante, es una de las mejores baladas que se han escrito. Ved la traducción:

Hola oscuridad, mi vieja amiga,
He venido a hablar contigo otra vez.
Porque una visión arrastrándose suavemente
Dejó sus semillas mientras estaba durmiendo.
Y la visión que fue plantada en mi cerebro
Todavía permanece dentro de los sonidos
Del silencio.

En sueños sin descanso caminé solo
Por estrechas calles de empedrado,
Debajo del halo de una farola
Me levanté el cuello debido al frío y la humedad
Cuando mis ojos fueron apuñalados
Por el flash de la luz de neón,
Que resquebraja la noche
Y acaricia los sonidos
Del silencio.

Y en la luz desnuda ví
Diez mil personas, quizás más.
Gente hablando sin conversar,
Gente oyendo sin escuchar.
Gente escribiendo canciones
Que las voces jamás compartirán
Y nadie osó molestar a los sonidos
Del silencio.

'Tontos,' dije, 'no sabéis
Que el silencio crece como un cáncer.
Escuchen mis palabras que podría enseñarles,
Tomen mis brazos que podría alcanzarlos'.
Pero mis palabras
Como silenciosas gotas de lluvia cayeron,
E hicieron eco en los pozos
Del silencio.

Y la gente se inclinó y rezó
Al dios de neón que crearon.
Y el cartel encendió su advertencia
Con las palabras que estaba formando.
Y los carteles decían
Que las palabras de los profetas
Están escritas en las paredes del metro
Y en los pasillos.
Y murmuradas en los sonidos
Del silencio.

Y, como siempre, el enlace a esta maravilla:

http://es.youtube.com/watch?v=YhdGkZ6Fngw&feature=related

martes, 19 de agosto de 2008

La sangría

No me refiero a la bebida refrescante, sino a las muertes que se producen constantemente en la carretera. Ayer mismo, en Corral de Almaguer, un pueblo de Toledo, murieron tres personas en un accidente perfectamente evitable, como casi todos.

Afortunadamente para una mayoría de personas, no han tenido ocasión de ver de cerca o incluso de sufrir un accidente de estas características. No es mi caso. Y nunca se olvida. Así que cuidadín.

jueves, 14 de agosto de 2008

Como lágrimas en la lluvia

Esta noche toca cine. Y del bueno. Después de unas cañitas y de una cena ligera, procede un Jack Daniel´s, apagar la luz y un visionado -no se cuantos van ya- de Blade Runner, mi peli favorita. Pero esta noche es especial, puesto que he conseguido la versión "completa" (no me extrañaría que dentro de quince años algún listo editase otra con escenas inéditas para que los locos como yo se gasten las pelas).

¿Por qué a estas horas? Pues porque es la hora ideal para el visionado de una obra como esta. Hay silencio. Y Blade Runner exige un silencio absoluto, puesto que no es la típica película de palomitas, sino un poema que hay que disfrutar íntegro.

Muchos no estarán de acuerdo en esto, pero si un filme como 2001, Una Odisea Espacial, puso fin a una época del cine de ciencia ficción, Blade Runner inauguró otra.

La mayoría de los aficionados a este género se han criado con el mantra de que 2001 constituyó el punto de inflexión, dotando al cine de ciencia-ficción de una respetabilidad de la que carecía. Pues no. Con 2001 se pusieron de relieve nuevas dimensiones dentro de lo que, hasta entonces, solía ser mero entretenimiento. Efectivamente, en este filme aparecían temas muy serios: ¿de dónde venimos? ¿hacia dónde vamos? Claro que constituyó un punto de inflexión, pero para mal, puesto que desde entonces el género decayó. Era tan buena la película que todo lo que hasta entonces se había hecho -salvo contadas excepciones- quedaba por debajo. Y todo lo que se estaba haciendo o se planeaba hacer... sencillamente se apagó. ¿Cómo ponerse a la altura?

La aparición de 2001 en 1968 provocó un desastre en el cine de ciencia ficción, debido precisamente a que puso el listón demasiado alto. A partir de entonces, y hasta diez años después, con el negocio de Star Wars, prácticamente no hubo nada. George Lucas demostró que se podía hacer dinero con la ciencia ficción en el cine, y hubo continuadores. Al poco tiempo se rodó Alien, el Octavo Pasajero, una obra maestra realizada por el mejor creador de atmósferas de los últimos tiempos: Ridley Scott. A su estela llegaron productos de menor enjundia, hasta que, en 1982, el mismo director se dedicó a pergeñar el no va más en esto del cine de "marcianos": Blade Runner.

Esta es una de las poquísimas películas en las que no importa que alguien lea la novela antes de ver el filme. No hay color. Y no porque la novela sea mala, sino porque la película es infinitamente mejor. Y quien no lo crea, que pruebe. El título de la novela es: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y el autor Philip K. Dick, quien curiosamente murió el mismo año que se estrenó la película.

martes, 12 de agosto de 2008

Baila conmigo hasta que el amor termine

Llévame bailando hasta tu belleza con un violín ardiente
Llévame bailando atravesando el pánico hasta que esté recuperado contigo y a salvo dentro
Alzame como a una vara de olivo y sé para mí la paloma que indica el camino de vuelta a casa

Baila conmigo hasta que el amor termine
Baila conmigo hasta que el amor termine
Déjame ver tu belleza cuando hayan desaparecido los testigos
Déjame sentirte moviéndote como lo hacen en Babilonia
Muéstrame poco a poco aquello de lo que sólo conozco los límites

Baila conmigo hasta que el amor termine
Baila conmigo hasta que el amor termine
Llévame bailando ahora hasta la boda, llévame bailando, llévame
Llévame bailando muy tiernamente, llévame bailando más allá
Nosotros, por debajo de nuestro amor, por encima de él

Baila conmigo hasta que el amor termine
Baila conmigo hasta que el amor termine
Llévame bailando hasta los niños que están pidiendo nacer
Llévame bailando atravesando los telones que han dificultado nuestros besos
Monta una tienda de campaña como refugio aunque todos los hilos de la tela estén rotos

Baila conmigo hasta que el amor termine
Baila conmigo hasta que el amor termine
Llévame bailando hasta tu belleza con un violín ardiente
Llévame bailando atravesando el pánico hasta que esté recuperado contigo y a salvo dentro
Tócame con tu mano desnuda o con tu guante

Baila conmigo hasta que el amor termine
Baila conmigo hasta que el amor termine

-----

Por supuesto que esto no es mío, sino la letra de una de las más bellas canciones de Leonard Cohen: Dance me to the end of love.

Este tema apareció publicado en el album Various Positions, en el glorioso año de 1984, cuando el que suscribe contaba 19 añitos para cumplir 20 y andaba recorriendo día sí y día también la calle de la Amargura en una de las ciudades más bonitas del mundo: La Coruña. Y no es coña... había una calle de la Amargura en el camino que diariamente hacía entre el Gobierno Militar y mi cuartel en la Plaza de San Amaro, actualmente reconvertido en insulsos bloques de viviendas.

Como todas las cosas bonitas, esta canción trae recuerdos. Recuerdos de sal, de arena y de besos nocturnos aderezados con unos brazos suaves y una entonación más suave todavía. Hoy, recién comenzado el día 12 de agosto, aniversario que nunca se olvidará, va por ella.

PD: No. No me olvido de poner el enlace:

http://www.youtube.com/watch?v=Ki9xcDs9jRk

martes, 5 de agosto de 2008

De locales II

En un día que alcanzó los 42 grados, a pesar que las informaciones oficiales hablaban sólo de 38, después de una comida no demasiado copiosa aunque sí aceptable, se agradece el descubrimiento de un nuevo espacio en Toledo: el Café-Teatro Pícaro (www.picarocafeteatro.com), en pleno centro de la ciudad.

Ambiente muy agradable, música adecuada y precios asequibles. Se tendrá en cuenta para el otoño.

lunes, 4 de agosto de 2008

Las subprime españolas o economía práctica I

Volvemos a casa después de disfrutar de unas vacaciones de quince días y ¿qué nos encontramos? Unos dicen que una crisis, otros que un desaceleramiento económico. Puaj. ¿Qué más da? A mí lo que más me molesta es que sigue haciendo mucho calor y ya no dispongo de mi pueblín para dormir fresquito y a gusto.

Inaugurado el nuevo período de sesiones en mi bareto favorito, me entero que la máxima preocupación del Doroteo es que después de las fiestas de septiembre subirá -como siempre- el vino en los bares de esta población. Y como yo le digo: Si eso es todo lo que te preocupa seguramente serás feliz.

Y me suelta el jodío que sí, que es feliz, porque su economía no va mal y la del país en general tampoco, por mucho que nos empeñemos los cuatro irredentos anti PSOE que todavía quedamos, que no sabe como me "ajunta" siendo como soy. Ante eso sólo me queda invitarle a otra caña y preguntarle (ahora ya con un poco de cachondeo) si de verdad piensa que esto va bien. Como el Doro me conoce, me pilla la intención a la primera y me suelta la andanada directamente: "Tu lo que querrías es que esto fuese como en América, todos en plan capitalista sin pensar en nadie más que en ellos mismos, y luego todos a joderse y a pagar las cosas esas tan raras que hacen, como lo de las hipotecas susprime, que bien las han usado para joder al personal más pobre".

Ni que decir tiene que mi intento por explicarle lo que son las subprime en Estados Unidos y el equivalente de las mismas en España no obtiene ningún avance. Más bien opto por pedir otra caña (esta vez la paga él) y hablar de lo que nos gusta, de tías. No obstante, para compensarme del fracaso, aquí va la perorata.

Las subprime estadounidenses.

Simplificando, se trata de hipotecas concedidas en condiciones de alto riesgo para las entidades emisoras, ya sea por la poca capacidad esconómica de los receptores del crédito o por la excesiva valoración que se hizo del bien hipotecado en el momento de su concesión. Estas hipotecas se "empaquetaban" y se vendían conjuntamente en forma de títulos a terceros. ¿Con ello que ocurre? Pues sencillamente que quien comprase alguno de estos títulos, garantizados por esas hipotecas, quedaba expuesto. Es decir: que las entidades emisoras de dichas hipotecas subprime se las apañaban para repartir el riesgo entre una generalidad que, aparentemente, no tenía nada que temer.

En España.

Así que no hay subprime en España ¿eh?. Veamos.

La inmensa mayoría de las hipotecas concedidas en nuestro país en los últimos años fueron por el 100 por 100 del valor del inmueble. Esto, como se está viendo en estos momentos, ha constituido un error de valoración, puesto que ese supuesto valor estaba sobredimensionado. ¿Qué se hizo de la prudente norma de las entidades financieras de otorgar como máximo un 80 por ciento del valor del inmueble? Pues que en aras de conseguir clientela y aguar la fiesta a la competencia, se lanzaron a la táctica del 100 por 100, provocando así la generalización al acceso del dinero que se pedía por las viviendas y dando lugar al aumento de coste (irreal por especulativo) de las mismas, al mismo tiempo que se ampliaba la cantidad que el solicitando debía a la entidad, con lo que se aseguraban más beneficios.

En línea con lo anterior recuerdo que hace años, a la hora de solicitar una hipoteca, te pedían un cerro de garantías, incluyendo, por supuesto, el disponer de una nómina saneada y en condiciones de cumplir mes a mes con los recibos. Estos últimos años dicha práctica ha brillado por su ausencia. ¿No os lo creeis? Acudid ahora a cualquier entidad a solicitar un crédito y comprobad la diferencia con lo que sucedía hace escasamente tres meses. Ahora es cuando se está volviendo a las prácticas conservadoras a la hora de conceder créditos. Es decir: que estos últimos años se otorgaba un crédito a cualquiera.

Pero cómo... ¿es que el Banco de España no velaba para evitar las prácticas arriesgadas de las entidades financieras? Claro que sí, hombre. Pero velaba a su manera. Usease, les prohibía a Bancos y Cajas de ahorro la captación de dinero por medio de créditos a personas cuya situación financiera personal no cumpliera ciertos requisitos (muy bajos, todo hay que decirlo), pero al mismo tiempo permitía la existencia de lo que se da en llamar Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), ya sean independientes (seguro que todos habréis visto en la televisión esos anuncios de "obtenga crédito al instante", "refinanciación de deudas", etc.) o dependientes de los mismos Bancos y Cajas de Ahorro. Estos EFC conceden (concedían) crédito a todo dios y, por supuesto... también hipotecas. Pero ¿cómo obtenían estos EFC el dinero necesario para dar esos créditos? Pues como va a ser, pidiéndoselo a las entidades financieras, por supuesto, quienes a su vez los empaquetan en títulos que venden a sus clientes en las famosas ofertas de inversión.

Así, ya tenemos todo lo que identifica a las hipotecas subprime: concesión de los créditos con una garantía que no cubre el principal y mucho menos el principal más los intereses, concesión de los créditos a personas cuya situación financiera permite suponer razonablemente que no podrán hacer frente a los pagos aplazados y, por último, extensión del riesgo hacia el resto de la sociedad.

¿A que mola?